Si eres de los que lleva corriendo toda la vida o de los que van por temporadas, si adoras correr o tienes sentimientos encontrados, pero sabes que siempre, SIEMPRE, merecerá la pena salir. Necesitas leer esto.
Tarde o temprano a todos nos llega ese momento en el que tenemos que parar porque nos molesta algo al correr. Y cuando tenemos un objetivo definido, es difícil entender que no podemos continuar con el plan que teníamos.
Voy a explicarte algo que debe quedarte claro si corres.
Si te dijera que intentaras hacer una multiplicación sin aprender previamente a sumar, sabrás con seguridad que el resultado será erróneo. Igual de coherente debería resultarnos que el dolor o lesión al correr es el error producto de no saber correr o no ejecutar adecuadamente los entrenos.
Ahora bien, correr conscientemente no es algo innato (lo sería si no hubiéramos abandonado el sano hábito de correr para buscar alimento o protegernos de algún peligro). Sin embargo, tengo una buena noticia, correr se aprende, como aprendemos una coreografía, paso a paso.
A nivel postural.
Correr no solo implica tener claras las diferente fases de la zancada, si no la disposición de la cabeza y tronco, el movimiento de los brazos y el enfoque de la vista respecto de una correcta automatización de nuestras piernas.
A nivel del entorno.
También supone saber realizar las adaptaciones necesarias a las diferentes
superficies a nuestro paso. Contando con el progresivo deterioro de nuestro calzado o cambio de zapatillas.
A nivel muscular y articular.
Nuestro cuerpo debe de aprender desde los movimientos más básicos hasta los más explosivos que a posteriori podamos solicitar durante la carrera.
Bases que tenemos que asentar antes de correr.
- Trabajo de fuerza de la musculatura de nuestras piernas, según el tipo de carrera que realicemos (velocidad o fondo).
- Control motor que nos permita mantener una correcta disposición de nuestras articulaciones para evitar su desgaste.
- Movilidad articular para asegurarnos que no perdemos rango de movimiento con el paso de los años.
- Desarrollo de nuestros pies como principal receptor del impacto durante la carrera.
- Pliometría para estimular el metabolismo de nuestros tendones con el fin de mantenerlos fuertes y elásticos.
- Propiocepción para adaptar nuestros músculos y articulaciones ante desequilibrios o traumatismos externos.
Cuando quieres seguir corriendo más allá de unos pocos kilómetros, varias veces a la semana, durante muchos años de vida. Tienes que saber que conocer tu cuerpo es la clave, aprender a correr desde el principio es salud.
Cuídate.
Clara Ciudad :)
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